Si en el artículo anterior de nuestro blog os hablábamos de las exportaciones de aceite de oliva de la Unión Europea (UE), en esta ocasión vamos a fijarnos en las pautas básicas para exportar aceite de oliva.
Las pequeñas empresas y las pymes también tenemos que estar en continuo movimiento en busca de nuevos mercados y clientes, y no solo porque el mercado doméstico tienda a saturarse, haya mayor competencia y una tendencia a la concentración, sino por la necesidad de buscar segmentos especializados y optimizar costes.
La globalización ha generado retos y amenazas, pero tambien grandes oportunidades. Por eso la internacionalización se convierte en una oportunidad o incluso en una necesidad para muchas empresas oleícolas.
Algunos requisitos a tener en cuenta antes de internacionalizarse y exportar:
• Disponer de un producto diferenciado
• Estar dispuesto a invertir unos recursos
• Contar con un plan de negocio
• Planificar la internacionalización
• Aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías (TIC)
• Contar con una buena imagen en internet
• Dejarse asesorar por expertos
• Conocer y hablar varios idiomas (en particular, inglés)
• Utilizar buenas prácticas empresariales
Pero no podemos empezar a exportar sin tener unos conocimientos previos y sin estar bien documentados.
• El número de registro de operador intracomunitario (del vendedor y del comprador), que se solicita en la Agencia Tributaria.
• Los documentos básicos para exportar disponibles en las cámaras de comercio: documentos aduaneros (DUA, documento único administrativo), certificaciones de origen de la mercancía, documentos comerciales, documentos de transporte, certificaciones de distintos organismos y póliza de seguro.
• Una relación de operadores logísticos.
• Los medidores habituales: conversor de moneda, palet americano/palet comunitario, etc.
• Información sobre la trazabilidad de la mercancía que se podría hacer con la tecnología RFID (Radio Frequency IDentification).
Y sobretodo:
• Contar con la documentación necesaria para pasar la aduana en el país de origen y destino de la exportación.
• Presentar la declaración correspondiente tras realizar la exportación. Si ha tenido lugar en la UE, a través de Intrastat.
1. Contar con una imagen corporativa y con un correo electrónico corporativo, que han de aparecer en web de la empresa exportadora.
2. El cliente potencial o el comprador han de tener la idea de que la empresa exportadora actúa de forma transparente. Por ello, en el web debe aparecer el CIF, el domicilio social, los datos de contacto y la referencia del Registro mercantil. Además, el web ha de permitir interactuar con el cliente, así como un seguimiento del producto que se vende. También debería estar en varios idiomas, lo que transmite la idea de que la empresa oleícola tiene carácter internacional.
3. La empresa exportadora ha de indicar los términos de la venta, de conformidad con los usos del sector, delimitados en los Incoterms (Términos internacionales de comercio).
4. Se ha de transmitir la idea de que los procesos de cultivo, recolección y elaboración del aceite de oliva reúnen los requisitos considerados en las buenas prácticas agrícolas, lo que indica la calidad del producto y el respeto al medio ambiente.
5. La publicidad del aceite de oliva, a través de catálogos visuales u otros medios de promoción digital, ha de adecuarse al Plan de marketing internacional.
6. Cumplir los requisitos legales de la contratación electrónica internacional.
Así, muchas veces, la estrategia de cooperación o distribución con otras entidades se convierte en una de las mejores alternativas.